Candela Antón, antropóloga: "La cultura en la que nacemos reconfigura cómo pensamos"

En uno de sus vídeos más populares, la antropóloga Candela Antón plantea un experimento mental: imaginar dos recién nacidos, uno en Japón y otro en la Amazonía. Aunque ambos tienen cerebros equivalentes al nacer, el contexto determinará grandes diferencias en su desarrollo cognitivo. Según Antón, no se trata solo de hablar distintos idiomas o adoptar costumbres diferentes, sino de que el propio cerebro evoluciona de forma distinta en función del ambiente cultural.

La neuroplasticidad demuestra que la experiencia modifica el cerebro, y Candela lo aplica al terreno cultural. Desde la manera de resolver conflictos hasta la expresión de las emociones, todo influye en el desarrollo de zonas cerebrales vinculadas con la empatía o el autocontrol. Así, una misma estructura neurológica inicial puede acabar funcionando de forma distinta según el tipo de sociedad en la que uno haya crecido.

Cultura y genética: una relación más estrecha de lo que parece

Más allá del cerebro, la antropóloga señala que ciertos factores culturales —como el estrés mantenido o la dieta— pueden influir en la expresión de nuestros genes. Este fenómeno, conocido como epigenética, implica que las vivencias de una generación pueden dejar marcas químicas en el ADN que se transmiten a sus descendientes. En consecuencia, el legado cultural afecta tanto a lo aprendido como a lo biológico.

Candela menciona el caso del gen SRGAP2, cuya duplicación coincidió con la aparición de comportamientos culturales en nuestros ancestros. Esto sugiere una conexión directa entre evolución genética y cultura. "¿Estás seguro de que tu manera de pensar es solo tuya?", plantea la investigadora al final del vídeo. Su intervención invita a reflexionar sobre cuánto de lo que creemos personal es, en realidad, fruto de influencias culturales heredadas.